Mi
piel siempre fue muy buena y jamás sufrí de brotes constantes solo eran los
comunes que te salen de vez en cuando o en mis días de regla.
Cuando
cumplí los 34 años allí comenzó mi odisea y pesadilla de la rosácea, pero
déjeme que les cuente mi historia ya que fui testigo de mi propio experimento,
yo fui el ratón de prueba en mi misma, tras buscar información por 7 años por
internet y probar muchos productos que afirmaban la cura, tras comprar libros
que decían el vencimiento de la rosácea.
Siempre
me ha gustado leer y fue por ello que me entre en la causa de investigar no las
dolencias sino la causas, porque si sabemos que es lo que causa tal enfermedad
podremos curarla y así detener la dolencia, ese fue el principio de mi búsqueda.
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